En invierno, chocolate a la taza. A la Vitrina del Museo

Jícara, primera mitad S.XX
Porcelana
Núm. Reg.: 2704/2705
Chocolatera, primera mitad S.XIX
Cobre
Núm. Reg: 339 
Mancerina, segunda mitad S.XIX
Porcelana
Núm. Reg.: 97

La mancerina es el nombre que recibe la taza de chocolate y el plato que encajaba en ella. Fue ideada por Pedro de Toledo, marqués de Mancera (virrey de Perú de 1639 a 1648) porque no se vertiera el chocolate debido al temblor de las manos.
El cacao llega de América a Europa por primera vez de la mano de Hernán Cortés a finales de la década de 1520, convirtiéndose en un producto exótico que despertaba la curiosidad de la monarquía y la nobleza, aunque es trataba de “una bebida de gusto fuerte y muy amarga.
No fue hasta un tiempo más tarde, con las investigaciones sobre su preparación por parte de las órdenes religiosas que se suavizó y endulzó con la incorporación de azúcar y especies como la canela o el anís.
El siglo XVIII fue clave en la Expansión de chocolate a la taza por toda Europa, convirtiéndose en un alimento exótico y considerado de lujo,  que estaba solamente al alcance ce familias con poder adquisitivo alto y se consumía, sobre todo, en actos festivos.
En la S. XX, tomar chocolate a la taza, ya se había convertido en un desayuno o merienda común que se tomaba en una taza pequeña, conocida como jícara.

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